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Empresarios e incertidumbre

GONZALO SAID Presidente de Fundación Generación Empresarial

Por: GONZALO SAID | Publicado: Viernes 24 de diciembre de 2021 a las 04:00 hrs.
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GONZALO SAID

Despejada la contienda electoral y con la elección del futuro Presidente -que será el más joven de la historia, el con mayor votación y el primero de una coalición no tradicional desde el regreso a la democracia-, el mundo empresarial divaga entre aferrarse a las señales de moderación que emanan desde el sector triunfante, o deprimirse al analizar con la cabeza fría los eventuales efectos de un programa disruptivo.

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Entre las señales auspiciosas aparecen el tono moderado con que el mandatario electo ha abordado sus primeras apariciones públicas y el hecho de que el nuevo Congreso estará dividido en mitades que exigen la búsqueda de amplios acuerdos para avanzar en cualquier materia. Sin embargo, el proceso constituyente en curso y las declaraciones más extremas de los socios del futuro Presidente mantienen altos los niveles de incertidumbre, los que buscan apaciguarse -o no- una vez conocido el elenco ministerial que acompañará el debut de la nueva administración.

¿Tiene algo que hacer el mundo empresarial en esta nueva etapa? Un elemento crucial es el trabajo al interior de las compañías. Los líderes empresariales no pueden adoptar una actitud dialogante y propositiva hacia afuera, si primero no existe la misma disposición en sus organizaciones, de cara a los propios colaboradores. Es a ellos mismos a los que hay que seguir recalcando la importancia de compañías estables, que trascienden en el tiempo, sustentables y que se preocupan de su entorno.

Esta conversación imprescindible debe evitar sesgos ideológicos o prejuicios estamentales.

Ellos no quieren la quiebra de las empresas y los empresarios no buscan estrujar a sus colaboradores, parte de las brutalidades que se han escuchado en el fragor de la contienda electoral. Calma y tiza ayudan para que el futuro de la empresa pase menos por la desconfianza y más por los anhelos compartidos.

Otro aspecto crucial es la disposición a conocer a las nuevas autoridades y establecer puentes de confianza. Es fácil hacer llamados a la moderación y al diálogo, pero exigirlos siempre del otro, mientras uno mismo demuestra una escasa convicción propia por aplicarlos. Los líderes empresariales deben evitar atrincherarse en el statu quo y abrirse a avanzar en cambios -lo que nos guste o no, es lo que la ciudadanía espera-, y eso que pasa por estar dispuestos a dialogar y -también- a ceder. Lo que no tiene por qué implicar sacrificar los principios o ser una suerte de comparsa del nuevo gobierno. Siempre hay espacios de modificaciones en los temas tributarios, laborales y previsionales -por nombrar los más "urgentes"-, para que en una mesa de confianza se discutan tanto las propuestas como sus reales impactos.

Crear lazos de confianza no es pensar en la "cocina de los acuerdos", tampoco una defensa corporativa. Es un ejercicio básico de quienes entienden que se necesitarán mutuamente. El futuro gobierno no podrá prescindir del mundo empresarial. Y los líderes empresariales hace rato que debemos tener claro que los problemas sociales de fondo no se solucionan con la magia del mercado y en ausencia del Estado.

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